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No puedo menos que prácticamente traducir la respuesta a esta pregunta, que, de forma sencilla y magistral, da el profesor de Psicología de la Universidad de Leicester, Andrew M. Coman.[1]

 

¿Cuál es ese término o concepto único que todo el mundo -desde el estudiante hasta todo el que utiliza diariamente las redes- debe estar familiarizado con? Y, ¿por qué?

 

“Yo quisiera que todos entendieran el método científico, en particular la importancia propia y única del experimento controlado, como el método para el descubrimiento científico.  A los niños desde la escuela debiera enseñárseles que es un experimento y cómo es un poderoso instrumento para descubrir la verdad.”  En otras palabras: el experimento controlado como el método que usa la ciencia para descubrir la verdad, porque es particularmente capaz de proveer evidencia de efectos causales.

 

“Las características que definen un experimento son la manipulación de un factor causal conjetural, llamada la variable independiente, porque se manipula independientemente de otras variables, y el examen del efecto de esta variable sobre una variable dependiente, mientras de forma simultánea se controlan todas las demás variables ajenas o extrañas, que podrían de otra forma influir en la variable dependiente.”  Para controlar por todas las posibles diferencias individuales se aplica un método de control poderoso, descubierto en 1926 por Ronald Fisher, un experto inglés en estadísticas, la randomización o distribución aleatoria o al azar.

 

“Mediante la asignación estrictamente al azar, de sujetos o participantes a un grupo experimental y a un grupo control, y luego tratando a ambos grupos de forma idéntica y fuera de la variable independiente que se manipula (que se aplica solamente al grupo experimental), el investigador controla de un solo golpe, por todas las diferencias individuales y otras variables ajenas o extrañas, incluyendo aquellas que ni siquiera se hubieran considerado.” 

 

La distribución aleatoria no garantiza que los dos grupos serán idénticos pero que cualquier diferencia entre ellos, seguirá precisamente las leyes de la probabilidad. Y aquí, entonces, se reconoce el propósito y la utilización de las pruebas estadísticas designificancia.  Para cualquier diferencia observada, una prueba de significancia le permite al investigador calcular la probabilidad de que una diferencia sea al menos tan grande, como la diferencia observada pudiera ocurrir por solo casualidad o chance. De esta forma, el investigador conoce cuál es la probabilidad de tal diferencia, bajo la hipótesis nula o null hypothesis, la hipótesis de trabajo de que la variable independiente no tiene efecto alguno.  Si la probabilidad bajo la hipótesis nula es suficientemente pequeña (por convención se acepta aquella menor de 5 porciento, que se escribe p < .05) entonces es razonable concluir que la diferencia observada, probablemente no es debida a la casualidad o el chance, por lo que se debe, entonces, a la variable independiente, ya que todas las otras variables que pudieran explicarlo, han sido controladas por la distribución aleatoria o al azar.”

 

Yo también quisiera que, como resultado del descubrimiento de tanta “prueba” anecdótica, de tanto desprecio por la evidencia probada, de tanto desdén por involucrarnos en el método científico para probar o no las varias propuestas terapéuticas -imprudentemente hechas durante estos duros meses de la pandemia por  COVID-19- y, de tanto lucimiento de anti-ciencia, quisiera, repito, con el profesor Coleman, que todos entendamos el método científico, la importancia del experimento controlado y la razón de la ciencia: descubrir la verdad.  20/7/2021

 

 

[1] Science and Technology – Oxford Reference. https://www.oxforreference.com

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