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Cuando el 15 de abril de este año, la OMS hizo el llamado sobre la aparición de una novel hepatitis severa y aguda en niños pequeños –una enfermedad muy rara en este grupo de edad– lo hacía porque seis semanas antes, en Escocia, se observó su presencia y sin ninguna relación con los agentes y condiciones que producen las hepatitis A, B, C, E y D. Luego, se fueron describiendo casos en Inglaterra, en niños con edades entre los 11 meses y los 5 años; en Irlanda y en España, entre los 22 meses y los 13 años de edad, pero el tope de la edad va cambiando a medida que se colectan más casos, si es que habrá un tope de edad. Ya varios países de cuatro continentes reportan la enfermedad y esta semana se confirmó el primer caso en Panamá. Es probable que ya existía desde octubre del 2021, por reportes de Estados Unidos que lo sugieren. A la fecha, hay cerca de 700 casos, varios trasplantes hepáticos y cerca de una decena de muertes infantiles o pediátricas.

La causa es desconocida. Los síntomas y signos son la ictericia intensa (el color amarillo de tegumentos y piel), el dolor abdominal, la diarrea, los vómitos, la ausencia de fiebre y la elevación marcada de enzimas hepáticas, que son marcadores de significativa necrosis del tejido del hígado. La diarrea es un síntoma frecuente en muchas enfermedades virales en la infancia y niñez. Sin embargo, la presencia de diarrea en un niño amarillo o ictérico, debe hacer sospechar en esta entidad. El resultado puede ser catastrófico, en el sentido de que algunos niños han requerido trasplantes hepáticos y ya se reportan muertes.

En forma inconsistente se ha detectado la huella del virus del SARS-CoV-2, en menos del 25%, pero en cerca de 75% de los casos, la huella de un adenovirus sí se encuentra. El adenovirus es un virus respiratorio y entérico banal, del cual se conocen al menos 50 tipos, que infectan a los humanos. Ser la causa de una enfermedad tan seria como la hepatitis es lo que sorprende, no tanto la época del año en que ha aparecido, porque ésta es la época del año cuando se ven más infecciones por adenovirus.

El organismo detectado más frecuentemente es un adenovirus entérico, el adenovirus F, tipo 41. El caso detectado en Panamá también corresponde a este adenovirus. También merece preguntarse, ¿por qué ahora una entidad nueva, como la hepatitis por adenovirus? Si el adenovirus F, tipo 41 ronda desde hace mucho tiempo atrás. ¿Por qué en niños tan pequeños? ¿Tendrá relación con un sistema inmune debilitado?

El informe inicial de la OMS señala que 20 de los 169 pacientes reportados con la hepatitis aguda y severa son positivos para la infección aguda de covid-19. De Escocia, hay una proporción similar de infección pasada de covid-19. Esto pierde relevancia cuando conocemos que hoy, una inmensa mayoría de niños han sufrido la infección por el coronavirus.

Ahora, el virus SARS-CoV-2 es un virus que aún no conocemos del todo, que tiene una presentación aguda y tiene una crónica. En la fase aguda, este virus produce en algunos niños el síndrome inflamatorio multisistémico que, a su vez, se asocia a hepatitis en un 10% de los casos. Pero, estos niños tienen una presentación diferente a lo que se está describiendo ahora con la nueva hepatitis aguda y severa de niños. La nueva pregunta es, la infección covid-19, ¿desmejora el sistema inmune de los niños y facilita la infección severa por un adenovirus, que solía ser una patógeno de infecciones banales? ¿Cómo se explica el 80% de los casos de hepatitis que no tienen la huella del SARS-CoV-2?

Es muy probable que estamos ante una enfermedad nueva. Nos recuerda Perry Wilson que nos tomó muchos años reconocer el virus de la hepatitis C, mientras tanto lo llamamos no-A/no-B.

Publicado por el diario La Prensa, de Panamá, el 13 de mayo de 2022

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