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La reanimación cardiopulmonar oportuna salva vidas y puede lograrse si los ciudadanos -y no solo personal de salud- se concientiza sobre su utilidad. Las sociedades y las instituciones de medicina debieran facilitar el entrenamiento de todas las personas que así lo solicitaran. El otro elemento que debiera ser obligatorio, como lo es tener extinguidores en locales como escuelas, hoteles, centros comerciales y oficinas, es el desfibrilador externo automático (AED, por sus siglas en inglés).

 

En reanimación las cosas han cambiado de unos años para acá y cambian constantemente hacia su facilitación y seguridad. Puedo resumir, sin que esto sea el curso reducido, que

  1. después de comprobar que el paciente no responde o está inconsciente al llamado que se le hace en el lugar de su desplome
  2. se pide ayuda a un servicio de ambulancia (llamando al 911, por ejemplo),
  3. comprueba que el individuo está respirando y que su respiración no está bloqueada mirando en la boca y removiendo lo que encuentre allí. SI EL INDIVIDUO TOSE O RESPIRA, NO INICIE RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR
  4. se inician las compresiones torácicas con el individuo acostado sobre su espalda en una superficie firme. Coloca la base de su mano izquierda sobre el esternón entre las tetillas y su otra mano sobre ésta entrelazando los dedos de ambas manos, para iniciar las compresiones. Sin doblar los codos iniciar las compresiones usando el peso de su cuerpo y a una profundidad de unos 5 cm (2 pulgadas) y a una frecuencia de 100 x minuto. SOLO si sabe cómo tomar el pulso en el cuello, lo intenta pero no pierda tiempo en iniciar las compresiones tratando de encontrar la presencia o no de pulso.
  5. si tiene que suspender las compresiones que sea por un tiempo no mayor de 10 segundos y solo para cambiar de resucitador o para defibrilar
  6. las respiraciones boca a boca no son necesarias pero si lo hace, se aplican 2 bocanadas de aire después de las primeras 30 compresiones torácicas y cada vez que se han completado 30 compresiones. Mientras lo hace mire si el tórax se expande
  7. antes de volver a observar por signos de vida y de respuesta se hacen las compresiones por 2 minutos y continúe mientras espera ayuda

 

 

Si dispone de un defibrilador externo automático (AED) úselo tan pronto pueda para “jumpear” el corazón de la víctima. Los defibriladores le dan instrucciones audibles y su uso no reviste dificultad. Antes de aplicar los parches (pads) engomados seque bien el pecho donde se van a aplicar. A veces es necesario rasurar –si tiene una afeitadora- en los sitios donde se aplicarán los parches.

 

Cuando el paciente responde y está respirando por si solo, se le coloca sobre uno de sus lados, con la pierna más a la cual no se apoya el cuerpo, flexionada para evitar que se ruede el cuerpo.

 

 

         Todo esto es realmente el corolario de una situación insospechada de paro cardíaco en niños o jóvenes que practican algún deporte con riesgos de recibir golpes fuertes y contundentes en el pecho o que son golpeados allí por un golpe directo o un empujón fuerte.

 

En una situación de trauma al pecho, como la descrita arriba, el corazón se puede parar súbitamente sin que haya enfermedad o condición cardíaca previa. Se conoce como Commmotio cordis (“agitación del corazón”) y no es otra cosa que una fibrilación del corazón, una arritmia fatal si no se dispone de una resucitación inmediata y un defibrilador. La frecuencia con que esto ocurre se desconoce pero cada día se observa más y más.   Aproximadamente un 50% de los casos de Commotio cordis ocurren durante la práctica de deportes competitivos donde la posibilidad de recibir un golpe tipo proyectil es importante. Por ejemplo, jugando béisbol, futbol americano o de pie, bola suave y otros deportes que no son de nuestro medio, como el hockey sobre el hielo y el lacrosse.

 

Cualquier impacto seco e intenso sobre el pecho, como por un puño o un empujón, pueden inducir esta arritmia fatal que se conoce como Commotio cordis. El grupo de edad a mayor riesgo es el de los adolescentes. En la mayoría de los casos el individuo cae abruptamente al piso o al campo por colapso cardiovascular instantáneo. Otros individuos continúan jugando por algunos segundos antes de sufrir la y fibrilación cardíaca y caer.

 

Para evitar esta situación se trata de proteger el pecho de aquellos jugadores que están a mayor riesgo. Es el caso, por ejemplo, de los receptores en el béisbol. Pero no todos los chalecos protegen bien y se considera que hasta un 25% de quienes sufren Commotio cordis durante actividades deportivas, usaban alguna forma de chaleco al momento del golpe. Se ha tratado de usar bolas de béisbol que no golpeen con tanta contundencia pero esto ha sido bastante difícil.

 

La mortalidad de esta condición es de 85%. La disponibilidad de personas entrenadas para reanimar y la disposición de dispositivos como los defibriladores, debe disminuir la frecuencia de estas muertes.

 

Es necesario que padres como profesores y entrenadores conozcan de esta entidad para facilitar medidas y equipos que cumplan con una respuesta rápida y eficaz de resucitación.

 

 

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