Entre 1-3 años: léale a su hijo; nada de TV, ni tabletas, ni otras pantallas. A él o ella no le interesan hasta que Ud. les induce la práctica nociva.
Para especialistas en economía y sociología, la salud y vitalidad de la economía de los pueblos depende más de la calidad del medio ambiente donde crecen los niños antes de entrar a la escuela, es decir, en su ambiente doméstico familiar. (Ped Cl NA. 2015;62)
Ese lugar es donde se le prepara al niño para adquirir habilidades a través de la alfabetización temprana, que serán determinantes sociales necesarios para superar los obstáculos de la pobreza y competir a la par, con el niño con privilegios. Bien lo ha dicho Nicholas Kristof: “el mejor indicador de desventaja para un niño no es el ingreso familiar sino la falta de que se le lea”(Is a hard life inherited? New York: The New York Times;2014).
La alfabetización temprana en la niñez es un determinante social del pronóstico de ella en cuanto a la salud física, cognitiva y emocional como del comportamiento.
En la pobreza, el niño experimenta efectos tóxicos fisiológicos generados por las múltiples situaciones de stress, situaciones y respuestas diferentes a las experimentadas y expresadas por niños de estratos sociales superiores. Esto los hace más susceptibles a enfermedades y menos preparados para responder adecuadamente en el ambiente de estudio, donde revelan significativas desventajas en coeficiente intelectual, ejecutorias, memoria reciente, tamaño del vocabulario, mayor ansiedad y otros comportamientos inadecuados o contraproducentes. Por ejemplo, entre niños pobres y niños privilegiados económicamente, el tamaño del vocabulario a los 3 años de edad es de 525 palabras vs 1,100 palabras; y el coeficiente intelectual (CI) es de 79 vs 117, respectivamente (Hart B & Risley TR: Meaningful differences in the everyday experience of Young American children. Baltimore: Paul H Brookes Publishing, 1995).
Mientras en los EEUU, el tiempo que dedican los niños frente a un televisor, una tableta o alguna otra pantalla ha ido en aumento desmedido entre las clases socialmente en desventaja y con mayor riesgo de pobre alfabetización temprana; en nuestro medio –sin conocer algún estudio- pareciera que tantos ricos como pobres están frente a una incontrolable exposición mediática. Entre algunas familias, por la avalancha mercantilista y una total ignorancia sobre aspectos del desarrollo cognitivo del niño; entre otras, la restricción social que tanto afecta las correctas decisiones, el desarrollo de la autonomía y la adquisición de instrumentos de desarrollo.
Estos son algunos de los problemas entre niños expuestos a TV y otras pantallas sin restricciones ni vigilancia:
Lo peor es que no hay NINGUNA evidencia de eficacia, beneficio o aprendizaje que apoye la propaganda tan diseminada de que videos “educativos”, grabaciones musicales -clásicas o de reggae-, aplicaciones de teléfonos o tabletas, u otros instrumentos digitales con programas popularizados por el mercado son necesarios para desarrollar los sentidos y la inteligencia del niño.
Varios estudios revelan que niños menores de 18 meses, e incluso no hasta los 30 meses de edad, ganan nada para su desarrollo cognitivo con la exposición a programas “educativos” que se presentan en TV o que se comercian en DVDs u otras grabaciones.
Pero, en conversaciones sociales con madres, al decir o informar sobres estos resultados de la investigación clínica me he encontrado con un escepticismo que no le guardan a lo que le oyen a la vecina o al vendedor.
La interacción verbal, visual y táctil entre el adulto y el niño es esencial para el desarrollo óptimo del cerebro del niño -antes de los 3 años de edad– y la adquisición de habilidades cognitivas y de aprendizaje para el posterior desenvolvimiento y éxito en la sociedad. No ampute esa oportunidad que Ud. tiene.
Los instrumentos digitales de pantalla han sido convertidos convenientemente por los padres ocupados o los padres con poca instrucción en sedantes para sus hijos. Esto es un error garrafal