“Vamos a tener que escoger al menos malo”.  Esta expresión es fatal.  Significa que no hay candidato bueno.  Y no hay candidato bueno porque nadie bueno quiere participar.  Y, ¿por qué nadie bueno quiere participar”. Porque mártires o masoquistas no son tan abundantes como creemos.

Digamos que sí hay candidato bueno.  ¿Qué es un candidato bueno?  Uno que habla y enreda.  Uno que explota muy bien los sentimientos de frustración o adversidad de mucha gente.  Uno que no se ha “fogueado” en la oficina pública.  Uno que es exitoso en la empresa privada.  Uno que se persigna hasta que la nariz le quede ñata.

Y ¿qué es un candidato malo? Uno que ya fue funcionario. Uno que pertenece al partido gobernante.  Uno que será malo.

Con este panorama, “mejor es no participar”.  Y eso es lo que nos ocurre.  Y no solo a nosotros. “No estamos solos en el planeta”. ¿No has leído esta expresión cada cierto tiempo, particularmente a fin de año cuando esperamos la visita de los extraterrestres?  Bueno, un candidato bueno es un extraterrestre.  Así lo hemos hecho.

Vamos a tener que escoger al menos malo, y ojala no seas tú, porque en 3 años y medio de gobierno, si alcanzas esa silla que todos quieren ocupar, empezarás a ser “el más corrupto, el más ladrón, el más embustero de todos los presidentes del país, en todas las épocas”,   hasta la próxima elección y la próxima víctima que permuta su nombre y prestigio por un poder entre y para mezquinos.    4/01/2019