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Como oportunamente lo señala Joseph J. Fins[1], algunos han perdido la oportunidad de trascender la libertad individual por el servicio a su comunidad, cuando se requiere salvar más vidas y recuperación económica promoviendo y facilitando la vacunación contra Covid-19.

 

Poblaciones mayoritariamente católicas, que divulgan mentiras y desinformación sobre las vacunas y vacunación contra la devastadora enfermedad, han revelado o que no lo son, o que no conocen su religión. “Amarás a tu prójimo, como a ti mismo”, que bien se traduce en “no harás a tu prójimo, lo que no quieres que te hagan a ti”, es el segundo mandamiento de la Ley de Dios.

 

Estas decisiones erráticas tienen consecuencias indeseables sobre otras personas, otras personas en mi comunidad, entre mis amistades, entre mis colaboradores, entre mis familias. Y no ha sido por falta de información científica y veraz, no ha sido porque se desconozcan las cifras de enfermos y de fatalidades, no ha sido porque no conozcamos a una de esas personas de la comunidad, de nuestro círculo de amistades, de los colaboradores de cada día en el trabajo o empresa, o, incluso, que desconozcamos un familiar lejano o cercano en las estadísticas de enfermedad, de secuelas y de muerte.

 

No solo enferman y mueren personas por Covid-19, enferman y mueren por enfermedades crónicas no vigiladas, por enfermedades porque no encuentran atención médica, porque no encuentran servicios de diagnóstico disponibles, porque no encuentran salones de operación urgentes o camas hospitalarias, porque no encuentran lugar en las salas de cuidados intensivos, ni personal alerta y descansado para atenderlos.

 

Decisiones personales que contravienen recomendaciones de salud pública son decisiones públicas que afectan a otros. Las hospitalizaciones de hoy por Covid-19 son mayoritariamente de no vacunados y, no pocos, entre quienes rechazaron la vacunación.  Hoy sufren los que despreciaron recomendaciones médicas por consejos de otros, que se convirtieron en los enemigos de la salud pública por falacias libertarias de un supremo egoísmo e irresponsabilidad. Más que nunca, como dice Fins: “el debate actual sobre la libertad individual marca los límites de ésta, en el contexto de los otros”.  Esto es lo ético.

 

Qué puntual oportunidad de crear comunidad estamos perdiendo.  Qué mejor momento para inclinar la balanza de los derechos de cada uno, hacia los derechos de los demás, que, incluso, pudieran ser los menos privilegiados de la comunidad, los que menos han gozado alguna vez de sus derechos humanos y ciudadanos.  Qué espléndida luz para reconocer que el goce de mi libertad tiene que dar el paso al bienestar de los que conmigo andan, los que conmigo trabajan, los que conmigo celebran momentos que no queremos olvidar, lo que conmigo conviven en mi casa y hacemos hogar.

 

¿Cuánto perdí porque me tomaran la temperatura -la leyeran o no- al entrar a un lugar o establecimiento con otras varias personas y cuánto por guardar una prudente distancia para evitar contagios?  ¿Cuánto pierdo por usar una máscara barrera para no contagiar a otro que no la usa o a otro que la usa para no contagiarme a mí?  ¿Qué pierdo con cumplir con la restricción de no entrar a un ascensor haciendo un número superior al recomendado?  ¿Acaso no entiendo la crisis de salud, el estado del conocimiento científico que se viene haciendo, el gran laboratorio humano que somos todos para vencer a tan nocivo invasor?

 

Si no lo podemos contar en servicio por el otro, en deuda con el prójimo, contémoslo en dinero y dime cuánto perdimos todos. No perdimos tanto como pudimos perder de no haber cumplido con las recomendaciones y, perdimos más de lo que contamos para nuestras individuales arcas de dinero por no haber cumplido con ellas.  Salvamos y perdimos vidas humanas.  Se salvaron y murieron seres humanos como nosotros, con el mismo derecho a seguir viviendo que reclamamos para nosotros.

 

Construyamos nuestro vecindario.  Construyamos nuestra comunidad.  Todos juntos, cada uno dando con alegría y abundancia lo que necesita el otro y, cada otro ofreciéndonos la oportunidad de ser mejores.  8/09/2021

 

 

[1] Fins JJ: Love Thy Neighbor as Thyself: Building Community During Covid. The Hastings Center. September 1, 2021

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