
- Feb 14, 2017
- Pedro Vargas
- Otras Lecturas
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Mi dolor se hizo aroma
Lo ví alejarse, desde lejos,
Lentamente
Y su luz iba creciendo
Mi dolor no se agotaba
En el horizonte
La Patria siempre a su alcance
Le exigía más para alcanzarla
Como un astro incandescente
En la inmensidad del espacio
Y la creciente densidad del tiempo
Mi dolor no se agotaba
Los años eran años de tinieblas
La luminosidad y el calor
De sus actos embriagaban
Como cuando se enfureció por los pobres
Como cuando se creció frente a la injusticia
Como cuando se irguió valiente por la libertad
Mi dolor no se agotaba
Ni el cielo quiso ver
Su partida cruenta y lenta
Apagó todas las luces
Se enfurecieron las trompetas
Y del canto se sumaron al silencio
Ahogaron el estruendo, no la tormenta
Mi dolor no se agotaba
“Habla pueblo, habla
Tuyo es el mañana…
Habla y no permitas
Que te roben tu palabra”
Soplaron frente a mi ventana
Los pájaros una brisa
Y su trino repetía sus palabras
Mi dolor no se agotaba
A cada casa entró la noticia
De ellas salió una lágrima
Y el coraje para vencer la noche
El contubernio con el delito
La delación y la mentira
La impunidad del privilegio
El golpe del martillo
Sobre los pobres e indefensos
La mano abierta del ladrón
La corbata del mamarracho
El cuello alto mal lucido
La hiel de bocas hartas de odios
Mi dolor se hizo aroma
14/2/2017
A la memoria de Ricardo Arias Calderón,
el amigo, el maestro, la inspiración de ciudadanía