La fisiología hormonal del parto.
(ChildbirthConnection.org/HormonalPhysiology.)

El parto requiere de medidas que le permitan ocurrir como la función lo determina, es decir, evitando excesiva intervención o manipulación obstétrica. Si a las 37 semanas del embarazo se inicia una inducción de la labor del embarazo, que quiere decir que no hay labor pero se le van a dar medicamentos para que ocurra, es muy probable que ese intento también falle. Entonces se recurre a la frase infalible: falla o fracaso de la inducción de la labor del parto. Y, le sigue, la lógica intención: parto por cesárea. Se ignoran fenómenos fisiológicos esenciales, uno de ellos, la preparación para que los pulmones del bebé se liberen del líquido contenido en sus alveolos, de tal forma que al iniciar la respiración fuera del útero, estos se llenen de aire y ocurra el intercambio gaseoso que oxigena al recién nacido. Al no darse tiempo para esa preparación, que ocurre con la labor espontánea, el recién nacido presenta a su nacimiento y por muchas horas, dificultad respiratoria que no es transitoria, necesariamente, y que puede conllevar a serias complicaciones y daño cerebral de ese nuevo bebe a término temprano.

He usado el ejemplo de las 37 semanas, pero bien pueden ser 36, como en los prematuros tardíos, o a las 38 semanas, todavía términos tempranos. Mientras no haya labor espontánea, no hay razón para acelerarla de forma rutinaria. Estas rutinas son nocivas. Existen buenas razones médicas para inducir un parto, pero no son las más frecuentes razones que terminan un embarazo con estas edades gestacionales. Esos procesos biológicos innatos que resultan en mejores resultados de salud para madres y sus recién nacidos, son frecuentemente abortados por algunos médicos obstetras, sin buenas razones para hacerlo.

Y esta es la denuncia y el llamado de atención que hace este Informe: “Hormonal Physiology of Childbearing: Evidence and Implications for Women, Babies, and Maternity Care”, dado a la luz pública en Washington, EEUU, el 13 de enero de 2015, donde se hace énfasis particular en las inducciones de la labor de parto, la analgesia epidural y las operaciones cesáreas. Ninguna mujer embarazada tiene por qué tener una “fecha de cumpleaños” –que no es la fecha de probable parto basada en la fecha de su última menstruación- para terminar su embarazo cuando apenas lo comienza. Busque otra opinión si en las primeras visitas de su embarazo le dan estas claras señales de un apresuramiento innecesario y de un intervencionismo exagerado.