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La eclampsia produjo un desprendimiento agudo de la placenta de este útero de alquiler. La urgencia para evacuar el producto del embarazo, concertado para complacer a esta pareja de homosexuales, no fue suficiente. La mujer que alquiló su matriz muere durante la cesárea y el bebé sufre asfixia que resulta en encefalopatía hipóxico isquémica y daño cerebral severos en el bebé. La pareja de homosexuales rechaza hacerse cargo del bebé dañado porque ellos “encargaron” y estaban buscando un niño sano. El viudo de la mujer que alquilara su vientre recuerda que él no es el padre de este niño. Ahora, nadie lo quiere.

Han buscado la ayuda de un especialista en infertilidad para concebir un hijo que no llega y están dispuesto a aceptar un donante de óvulos o un donante de espermatozoides. Durante las evaluaciones descubren que el hombre de la pareja es el responsable de la incapacidad para que su esposa quede embarazada. Ahora él exige que ella sea fertilizada con gametos ajenos, tanto los espermatozoides como los óvulos: “si no puede ser con mis espermatozoides, tampoco puede ser con tus óvulos”, a pesar de que la mujer ovula regular y normalmente. En un acto desconcertante, ella acepta. Los mellizos proceden de cuatro donantes, dos de cada sexo.

La aspermia severa ha sido resuelta por el obstetra mediante la extracción cuidadosa de dos espermatozoides del tejido testicular del varón para fecundar in vitro óvulos de su pareja. El embarazo gemelar resulta en dos varoncitos que han heredado la misma condición del padre. Y nunca se discutió esta posibilidad y el médico insistió que se había hecho diagnóstico pre implantación normal.

Escogieron los espermatozoides de un donante rubio, de ojos azules y 1.82m de altura en un banco de espermatozoides “de toda confianza”. La mujer ha dado a luz dos niños de raza negra. El laboratorio responde de que efectivamente estuvo trabajando con ellos una bióloga muy poco cuidadosa, pero quien ha sido despedida unos meses antes. Mientras responde a esta situación tiene abierto un libro de fotos con mujeres espectaculares de este continente y allende los mares. Nada sobre ausencia enfermedades hereditarias y menos sobre su coeficiente intelectual. Sus gametos, además, difieren de precios dependiendo de cuántas cualidades físicas se buscan y qué lejos están geográficamente, si hablan 5 idiomas o solo un dialecto americano.

Los espermatozoides han viajado a través del Atlántico para fecundar óvulos de esta mujer profesional y soltera, quien ha decidido tener un hijo aunque no tenga esposo. La concepción “ha sido un éxito”. La bebé ha heredado una enfermedad metabólica rara que le exigirá tratamiento costoso y de por vida para no sucumbir frente a algún episodio agudo de vómitos o sobrevivir con daño cerebral por hipoglicemia severa y acidosis metabólica. Es “imposible” localizar al donante, porque no se tiene toda su información”.

Trillizos han resultado de este embarazo múltiple de alto orden, manipulado para obtener células madre del cordón umbilical que puedan ser injertadas para salvarle la vida a un hijo anterior, con anemia falciforme y anemia del Mediterráneo. Ninguna de las tres niñas ha dado células útiles para curar a su hermano mayor y las tres portan la anemia del Mediterráneo, también una anemia fatal y costosa. Igualmente, se ha asegurado un estudio pre implantación que no está disponible al momento de cuestionar el procedimiento.

Estos cuatrillizos acaban de nacer y de morir a las 22 semanas de gestación de una pareja de humildes trabajadores, que se acercaron a buscar un hijo sano que trajera alegría y compañía a la familia, mientras consumieron sus ahorros de pareja. Nunca se les señaló que este desenlace podría darse: la pérdida prematura de los 4 fetos por ser no viables, o el nacimiento muy temprano de prematuros extremadamente pequeños, o la alta posibilidad de secuelas severas y permanentes de los sentidos de la visión, la audición o de las funciones cognitivas cerebrales y convulsiones.

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Estos son algunos ejemplos de la vida real, que yo he vivido como neonatólogo. No son productos de mi imaginación sino de la imprudente actividad generadora de situaciones delicadas de varios médicos obstetras dedicados al manejo de la infertilidad o a complacer parejas o mujeres para tener un hijo o una hija, para crear una familia, mediante el uso de métodos de la reproducción asistida, donde el éxito se mide por el número de nacimientos que se producen entre parejas sin hijos y no por la calidad de vida de esos niños ni la sobrevivencia sana; y donde se ignoran las implicaciones legales y morales de conductas obstétricas que son posibles y hasta legales, unas, o experimentales y, aunque innovadoras no probadas, las otras, o, simplemente, no éticas. Y mientras se debate el derecho de la mujer o el hombre sobre su cuerpo y su familia, el lugar de los valores en la vida de cada uno como individuo y como sociedad, los avances de la tecnología se adelantan exponencialmente a la discusión ética sobre si todo lo que se puede hacer, se debe hacer.

¿Es ético mantener el secreto del donante de gametos o es un derecho el conocer mi origen genético? , ¿A cuánta información genética tengo derecho para tomar decisiones reproductivas? Es correcto y ético anteponer los valores del médico frente a los del paciente? Es o no importante moralmente intervenir biológicamente en la consecución de fetos perfectos para promover el bienestar? Estos son un puñado de interrogantes que pueden hacerse cada día frente a las decisiones en la medicina reproductiva y que contienen elementos éticos y morales que no deben soslayarse.

Ni las escuelas de Obstetricia ni los cursos de bioética están preparados hoy día para afrontar las múltiples situaciones éticas que se presentan en la medicina reproductiva. Es, como lo señala Ruth M. Farrell necesario responder a ¿cuáles son los elementos éticos que generan las conductas en Medicina Reproductiva, que afectan el cuidado del paciente?

Existen diferencias conceptuales y prácticas importantes como de percepción o prioridad entre médicos obstetras y bioeticistas, cuando se abordan ejemplos como los enunciados al comienzo de este escrito, y en otras situaciones de difícil solución. A esto se suma el discurso de los ciudadanos o del público, no mejor construido pero particularmente incisivo sobre estos mismos temas que tocan sus creencias o agnosticismo, y sus conocimientos -o desconocimientos-, sus valores o anti-valores desviando muchas veces y con altos costos el contenido y las repercusiones de una u otra forma de intervención reproductiva.

Sin embargo, esas contribuciones a la discusión no pueden ignorarse, o peor, despreciarse, por cuanto ellas suman a un enfoque más puntual del proceder médico y ético, como a la perfección de la enseñanza de la bioética en la Medicina Reproductiva. Es necesario establecer un diálogo en las dos direcciones entre los clínicos médicos y los educadores de bioética. Entre mayor es la incertidumbre moral de un hecho, mayor es la dificultad moral por la que transcurre la decisión médica y la vida del médico.


[1] de Melo-Martin I: The Ethics of Anonymous Gamete Donation: Is There a Right to Know One’s Genetic Origins?” Hasting Center Report 44(2):28-35. 2014
[2] Ravitsky V: Autonomous Choice and the Right to Know One’s Genetic Origins. Hasting Center Report 44(2):36-7. 2014
[3] Donley G, Chandros Hull S & Berkman BE: Prenatal Whole Genome Sequencing. Just Because We Can, Should We? Hasting Center Report 42(4):28-40. 2012
[4] Case Study: Last Chance at Grandchildren: A Request for Perimortem Sperm Harvesting. Hasting Center Report 44(1):13-14. 2014
[5] Malmqvist E: Reproductive Choice, Enhancement, and the Moral Continuum Argument. J Medicine and Philosopy, 39:41-54, 2014
[6] Farrell RM, Metcalfe JS, McGowan ML et al: Emerging Ethical Issues in Reproductive Medicine: Are Bioethics Educators Ready? Hasting Center Report 44(5):21-29. 2014/pre>
7] Hylton Rushton C and Boss R, Symposium Ed: The Many Faces of Moral Distress Among Clinicians. Narrative Inquiry in Bioethics, 3:89-124. 2013

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