La melatonina que se encuentra en farmacias y supermercados es una forma sintética de la hormona que nos ayuda a coger el sueño. Su liberación por el cerebro, donde se produce, es estimulada por la oscuridad, y por eso ocurre cuando entra la noche. Durante el resto del día, no hay liberación de melatonina.
En dosis de 3-5 mg produce hipnosis (sueño inducido) cuando se da en la noche antes de irse a dormir. Su otro efecto es “cronobiótico”, es decir, cambia el ritmo circadiano de estado de sueño y vigilia, e induce sueño antes de la hora regular de dormir. En los niños se utiliza para ayudarlos a dormir. El uso de melatonina sintética no altera ni suprime la producción natural de melatonina por el cerebro humano.
Es importante conocer que la melatonina comercializada fuera de la que se conoce como farmacológicamente probada (“pharmaceutical grade melatonin”) no tiene las concentraciones que se señalan en sus etiquetas, o tienen más o tienen menos. Cerciórese que el producto que compra es farmacológicamente probado.
Una advertencia, no existe evidencia que darle melatonina diariamente a su hijo le hará daño tarde o temprano. Melatonina es bastante segura con pocos efectos adversos. Algunos niños presentan cefalea (dolor de cabeza), enuresis nocturna (se orinan en la noche), pueden tener pesadillas, mareos, cambios del estado de ánimo, mal humor en la mañana y todo ello desaparece cuando se les deja de dar.
¿Cuándo no es necesario ni está indicado dar melatonina?
La dosis inicial en niños está entre 0.5mg – 1.0 mg. No debe aumentarse más allá de 3mg/dosis unos 30-60 minutos antes de la hora que se quiere se duerma.