En la playa, donde se han ido muchas de las familias de mis pacientitos a “recluirse y protegerse del COVID-19”, son ya muchos los que lograron ingresar a las estadísticas de infectados y de enfermos por COVID-19.
Mis cuestionarios cuando me consultan me sugieren eficientes formas de contagio, que por motivos de confianza o anexión a aquello de que “Dios es panameño”, estos pacientes no consideraron una forma de contagio, de infección y de enfermedad. Voy a tratar de resumir para que otros se den cuenta de por qué se insiste en lo mismo a pesar del tiempo de pandemia que llevamos.
Primero, el contagio ocurre con:
Segundo, el SARS-CoV-2, no se ve, se puede sentir
Tercero, en la playa, así llega el SARS-CoV-2 a las casas:
Cuarto, recordar que, si no hay síntomas de enfermedad, no hay prueba que garantiza 100% que no se está infectado y que la prueba en sangre por anticuerpos contra COVID-19 no es un pasaporte para movilizarse
Quinto, de repente todo lo que hay que hacer en la playa es lo mismo que en la ciudad:
YO QUIERO VACUNARME CONTRA COVID-19, CON LA PRIMERA VACUNA APROBADA QUE SE DISPONGA EN EL PAÍS