Manejo del embarazo a término con labor espontánea y el feto o bebé en presentación cefálica*
* Committee Opinion No.687 American College of Obstetricians and Gynecologist. Obstet Gynecol. 2017;129:e20-8
El parto es el resultado de una labor o trabajo de la musculatura del útero -las contracciones uterinas- para que el bebé inicie su descenso por la vagina o canal del parto. Esa labor suele ser espontánea, es decir, se inicia por si sola y progresa ordenadamente por si sola. Condiciones conocidas y desconocidas de la mujer embarazada y/o del feto o producto del embarazo son las responsables. Los médicos no las conocemos todas, ni siquiera conocemos por qué un embarazo con exactamente la misma edad gestacional que otro, termina a una hora diferente, en un día diferente, en una semana diferente o en un mes diferente. Si supiéramos esto, no existiría tal cosa como el nacimiento a pretérmino ni el bebé prematuro.
Sin embargo, por razones que no son el propósito de esta información, muchos -y no debieran ser muchos- embarazos terminan expuestos a manipulación inapropiada. Unas veces a pesar de conocerlo, otras veces por necesidades imprevistas o situaciones creadas. De allí emanan actitudes y manejos que algunos han llamado «violentos», otros, «inhumanos» y otros, «irrespetuosos». Aquí hago un paréntesis para señalar que un parto «no violento» o «humanizado» no es necesariamente un parto que respeta la voluntad de la gestante y eso tiene que modificarse también. Porque no es cierto que si una mujer embarazada solicita un parto vaginal sin sedación farmacológica, cuando ella pida lo contrario y sin haber contraindicación médica, se considere que se ha sido respetuoso a pesar de que se le niegue y, menos, puede erguirse que se observa estrictamente la dignidad de la persona y sus derechos.
Antes que «humanizar» el parto -y lo pongo entre comillas para resaltar lo que yo considero un abuso o un mal uso del vocablo en la práctica obstétrica, aunque un vocablo atractivo y vendedor- hay que responsabilizarse de no exponer al bebé por nacer a riesgos que se pueden evitar. No es humanizar escoger el domicilio de una casa para dar a luz. En un hogar puede ocurrir un parto por razones imprevistas. En ninguna de las dos situaciones es cierto que el bebé y la madre no corren peligro de enfermedad y muerte. El lugar para nacer es en un hospital o un centro preparado para atender nacimientos y sus complicaciones. En esos hospitales y esos centros la asistencia a la madre la puede dar un médico como la puede dar una partera, el dolor se puede calmar con fármacos como metida en agua, el vocabulario usado para conversar y para guiar y orientar a la mujer embarazada y su familia debe ser comprensible y respetuoso, todas las inquietudes de la mujer embarazada deben ser resueltas pronta y certeramente. Yo sí creo en que la labor del parto y el nacimiento de un bebé es un evento que se hace con la familia en mente, en un hospital donde el manejo de la salud y de la enfermedad está centrados en la familia.