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No es lo mismo morir en la cuna que la “muerte de cuna”. La “muerte de cuna” no le conocemos la causa. A las muertes en la cuna, que no son “muerte de cuna”, se les reconocen las diversas causas.

 

La “muerte de cuna” tampoco corresponde a todas las muertes súbitas, a pesar de su otro nombre “muerte súbita de cuna”. Estas diferentes denominaciones deben ser bien claras por razones no solo médicas sino también epidemiológicas y legales. En la cuna pueden ocurrir muertes accidentales por asfixia o estrangulamiento, envenenamiento como muertes por enfermedades previas, infecciosas, metabólicas o congénitas, arritmias cardíacas por trastornos de la conducción eléctrica del corazón y trauma no accidental.

 

Al diagnóstico de “muerte de cuna” se llega después de descartar las tantas posibles causas y al no encontrar ninguna razón para explicarla. Por eso recalco que no es lo mismo “morir en la cuna” que la “muerte de cuna”.

 

(En VERDE, el porcentaje de la posición sobre la espalda para dormir; en AMARILLO, época anterior a la recomendación de la Academia Americana de Pediatría para dormir a los niños; en AZUL, el momento de la recomendación de la AAP; en ROJO, se populariza la expresión ACOSTAR SOBRE LA ESPALDA O BACK TO SLEEP – BTS, de la AAP)

En los años 90s del pasado siglo inmediato, hubo una reducción significativa de la “muerte de cuna” con la disposición de acostar a los niños sobre su espalda, en lugar de sobre su abdomen, como se hacía por temor a que el niño se asfixiara con su vómito. Vencer este temor ha tomado mucho tiempo, y todavía hay familias que prefieren acostar al niño sobre uno de sus lados. Esta práctica no es aconsejable. El niño suele voltearse y quedar sobre su abdomen.

 

Veamos unas figuras numéricas, que no son reales pero solo las uso así para enfatizar la posición sobre la espalda para dormir (“back to sleep”).

 

Cuántos niños de cada mil, morirían de “muerte de cuna” cuando se les acuesta a dormir:

 

  • Sobre su abdomen: 100/1000
  • De lado:                      50/1000
  • Sobre su espalda:       1/1000

 

 

No debe haber discusión alguna sobre la posición recomendada para que duerman todos los bebés.

 

Repito, estas no son las cifras reales, son solo un instrumento para enfatizar por qué la posición correcta para que los bebés duerman es la posición sobre su espalda.

 

No conocemos a ciencia cierta la razón de esta marcada diferencia en la mortalidad con la posición al dormir, pero es real y se repite en todos los estudios y en todas las regiones del mundo donde se han evaluado. Sin embargo, sí conocemos que el sueño sobre el abdomen se logra no solo más rápido sino que se hace más profundo. Es más difícil despertar al niño que duerme sobre su abdomen que a aquel que duerme sobre su espalda. Esto coincide con el hallazgo de que el nivel de estímulo para activar regiones del tallo cerebral, que desencadenan mecanismos de protección contra situaciones de peligro, debe ser mayor (un “threshold” más alto) cuando se duerme sobre el abdomen que cuando se duerme sobre la espalda. Eso es lo que nos importa que ocurra durante el sueño del niño: que se despierte más pronto frente a peligros a su integridad.

 

Junto a esta recomendación de la posición para dormir, se han hecho otras recomendaciones alrededor de la misma época:

 

  • Utilizar un colchón firme
  • No enchumbar al niño
  • Mejorar la temperatura del cuarto para evitar sobre abrigarlo
  • No compartir la cama de sus padres u otra persona mayor para evitar accidentes fatales de asfixia
  • Evitar fumadores y fumar
  • No consumir drogas ilícitas o estupefacientes
  • No consumir alcohol
  • Alimentar con leche materna del pecho
  • Cumplir con los regímenes de vacunas
  • Utilizar un chupete o pacificador

 

 

Estas recomendaciones fueron muy importantes en su momento y lo siguen siendo. Sin embargo, no hemos logrado observar una mayor o nueva disminución en la incidencia de “muerte de cuna” después de aquellos años. Los números se han mantenido estables, más bajos que antes pero sin nuevas modificaciones favorables.

 

Nuevas evidencias sugieren hacer nuevas recomendaciones, en base a claras ventajas para reducir la muerte de cuna:

 

  • Favorecer el contacto de piel con piel
  • Favorecer que el niño duerma en el cuarto de sus padres pero no en la cama donde ellos duermen
  • Usar mecedoras para dormir al niño o cargadoras en posición de sentado
  • Utilizar colchones más suaves después de los 4 meses de edad
  • Eliminar todo objeto suave de la cuna del bebe, que pueda generar asfixia por estrangulamiento

 

 

La primera pregunta que los padres siempre hacen es: “¿Por cuánto tiempo?” No sabemos. Es prudente que durante todo el 1er. año de vida.

 

Y, muy importante:

 

  • No compren ni regalen ningún producto promocionado por con puros fines comerciales, que contravienen todo lo descrito arriba
  • No compren monitores cardíacos ni respiratorios para mantener vigilancia” del bebé mientras duerme. ¡NO SIRVEN!
  • Bajo vigilancia continua y estrecha permita que el niño juegue sobre su abdomen (“tummy time”), que le permite estimular su desarrollo motor y sensorial mientras evita la deformación inocua del cráneo, conocida como plagiocefalia.   27/12/2016

 

1 Comment

    • Aura Reply

      28 diciembre, 2016 at 9:43 am

      Muy bueno

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