Gabriella Gobbi y su grupo de investigadores[1], de McGill University en Montreal, Canadá, ha publicado resultados de una investigación muy importante sobre uno de los efectos crónicos del uso de marihuana en la adolescencia.
Se revisaron 269 estudios internacionales, de los cuales, para el meta-análisis, se escogieron 11, con un total de 23,317 individuos. Vale la pena aclarar, que la escogencia de 11 solo indica que sus diseños eran similares y que permiten entonces el análisis de la data.
El resultado publicado fue el siguiente:
Se calculó entonces que, el 7%de la población se le puede atribuir el riesgo de depresión. Esto arroja otra implicación importante, los casos de depresión en el adulto joven, atribuibles al uso de cannabis en la adolescencia, serían así:
Cifras nada despreciables, resultados que debemos conocer cuando se promueve el uso de la marihuana con cualquier excusa. Todavía, naturalmente, habrá quienes reclaman certeza a la investigación científica ligada a intereses de salud e higiene.
Así como medicinas de probada utilidad tienen efectos adversos que deben ser advertidos a los pacientes, así la llamada “marihuana medicinal”, que no es hoy otra cosa que marihuana botánica, los tiene. No estamos hablando el mismo idioma al decir “marihuana medicinal” (THC + canabidiol o CBD), que al decir canabidiol (CBD), el componente no psicoactivo de la marihuana botánica.
Sí es cierto que el alcohol produce muerte y destroza familias y a pesar de todo ello, es legal para los adultos y se celebra socialmente. Eso no es un buen argumento para decir que la marihuana debe legalizarse. Entre otras cosas, además de alegrías pasajeras y duelos eternos, el alcohol también fue legalizado y en EU hoy, un altísimo porcentaje de las familias tienen algún problema de alcohol. En el 2015, alrededor del 15.1% de los norteamericanos adultos sufre del trastorno de uso de alcohol (1 de cada 8 adultos). En el 2013, eran 28 millones de niños creciendo en hogares con padres alcohólicos, 11 millones de ellos eran menores de 18 años de edad (un 10%). Esperar que no sean ellos también alcohólicos es una actitud pasiva. Uso de marihuana entre adolescentes tiene una mano criminal detrás pero también hay hogares donde se siguen esas huellas: padres que la usan, hijos que la usan.
Y, sí es cierto y lo comparto, el uso de substancias adictivas es una opción personal, y señalar su impacto en la salud es una obligación mía y de la Medicina.
[1]Gobbi G et al: Association of cannabis use in adolescence and risk of depression, anxiety and suicidality in young adulthood: A systematic review and meta-analysis. JAMA Psychiatry, Feb 13, 2019 DOI: 10.1001/jamapsychiatry.2018.4500